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18 de diciembre de 2008

Para Mi Querido Magino

Hace alrededor de año y medio que venia siguiendo una columna que se publicaba, anteriormente en el Periódico Dominicano Hoy (coctelera).

Unos meses atrás moría de la curiosidad por saber, cual era el autor de la misma y por supuesto de mi columna favorita, y recientemente note que la columna periodística a la cual seguía diariamente ¡con tanto agrado!, ya no se estaba publicando por razones a la cual desconocía. ¡Hasta! Que hace unos días me entere de la trágica noticia de que el periodista que editaba y también director del periódico Hoy: Don Mario Álvarez Dugan se había marchado de este mundo el 13 /12/ 2008 y en su ida había dejado un clima de dolor y tristeza en todos los seres humanos que tuvieron la dicha de conocer a tan gran ser humano y a tan ejemplar periodista.

Mario Álvarez Dugan (cuchito) fue para mi sinónimo de respecto y de una opinión clara y objetiva del acontecer Nacional de la Republica Dominicana, y como el mismo lo expresaba día por día en su tan leída columna “Coctelera” y de la mejor manera a través de un humor político llano y siempre con la verdad. Recuerdo que siempre me hacia reír hasta de los hechos o acontecimientos mas relevantes de nuestro país.

Desde hoy comienzo a extrañar sus escritos, en que hasta después de su muerte fue que me entere de su existencia y fue una de las personas que anónimamente me motivaron a escribir sobre la actualidad política en la Republica Dominicana. Ya no es igual para mi ver ese espacio vació en el periódico Hoy, donde siempre estaba su tan interesante columna, “Coctelera” con otra noticia o titular ¡la cual me gustaba tanto!, y la que jamás volveré a leer de nuevo. Es un pesar para mí que te hallas marchado pero a la misma vez me siento contento por que de seguro estas con Dios en el paraíso.

Mi más sincero pésame para la familia: Álvarez Dugan por esta gran pérdida y a todos los periodistas que incondicionalmente fueron tus alumnos a los cuales les enseñaste tanto.

Con este humilde comentario me despido de mi tan querido ¡Don Magino!.


Por: Joax Kennedy