Entre gestos y palabras, los gestos valen más que las palabras. Los chinos se inventaron que una imagen convence más que mil caracteres, y desde entonces en ese lugar común abreva la Humanidad.El Conep creía que se la estaba comiendo al descalificar la política económica del Gobierno, y éste, en vez de contestarle, llevó la queja a sus padres. Prefirió hablar de igual a igual con los grandes de la economía, y no con muchachos de mandado.Los directivos creen que el Banco Central desbordó el marco de sus señalamientos, con el documento que publicara como respuesta, pero su exclusión de la reunión de Palacio deja claro que el disgusto es de todo el Gobierno.Ellos afirman en la intimidad que no saben cuál es el problema, pero se están haciendo. Saben que la epidermis del Gobierno es muy sensible a sus críticas, pues las considera injustas.Quieren dar pauta de todo, pero no se aplican ninguna de sus medicinas, sabiendo que la crisis es responsabilidad de todos. El mambo que les tocaron ahora es difícil de bailar, y no conviene quedarse fuera de la fiesta, a pesar de que ya no hay taquillas.
De Diario Libre
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